Levante Almeriense - Levante Almeriense
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El Levante Almeriense

El ámbito de la Comarca es el del área de actuación de la Asociación para el Desarrollo Rural del Levante almeriense. Está formado por el territorio de trece municipios:

Estos municipios ocupan todo el sector oriental de la provincia de Almería. Linda al norte con la comunidad de Murcia, al sur y al este con el mar Mediterráneo y al oeste con otras comarcas almerienses. De norte a sur: los Vélez, Valle del Almanzora, Los Filabres, Sorbas y Bahía de Almería.

Tres rasgos principales caracterizan la identidad física del Levante almeriense: el relieve, el litoral y la aridez.

La isoyeta de 200 mm (litros por metro cuadrado y año) atraviesa el ámbito, dejando por debajo de ese nivel de precipitación todo el extremo meridional de Cabo de Gata y una amplia zona en torno a la desembocadura del río Almanzora. Este dato pone de manifiesto una situación de aridez extrema, sin parangón en la cuenca mediterránea, lo que expresa claramente la singularidad del ámbito.

Tampoco es secundaria la génesis volcánica de toda la parte meridional de la comarca y la asociación de este vulcanismo con procesos de hidrotermalismo que ha producido una gran riqueza mineralógica que explica la profunda secuencia de asentamientos desde la edad de los metales, muy destacadamente con la cultura argárica, dando lugar a fases muy destacada de la historia económica contemporánea (minas de plomo, hierro y oro) y a la diversidad geológica.

Los cauces de los ríos permanecen secos la mayor parte del año, por lo que se les denomina ramblas. Los principales son el río Almanzora, el río de Aguas, el río Alías, el río Antas y la rambla de Morales. Ríos y ramblas renacen ocasionalmente tras las lluvias, siendo aconsejable situarse lejos de las ramblas.

La zona, además, se encuentra flanqueada por varias formaciones montañosas: Sierra de Cabo de Gata al sur; Sierra de Bédar y Lisbona al oeste; Sierra Almagrera, Los Pinos y Sierra del Aguilón al este; las últimas estribaciones de la vertiente sur de la Sierra de Las Estancias al norte y en el centro se alinean Sierra Almagro al norte y Sierra Cabrera al sur.

Todas estas características influyen en la riqueza y variedad paisajística de la comarca. Sierras, llanuras, ramblas y litoral se combinan bajo ese manto de aridez, produciendo escenarios singulares, muchos de ellos bajo protección especial, donde se desarrolla una flora y fauna caracterizadas por su adaptación al medio.

El Parque Natural de Cabo de Gata – Níjar

El Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar es un espacio marítimo-terrestre protegido desde 1987 por su gran singularidad e interés medio ambiental, paisajístico y cultural. Situado en el extremo suroriental de la provincia de Almería, ocupa parte de los términos municipales de Níjar, Carboneras y Almería.

Las peculiaridades y encantos de Cabo de Gata, se basan en su origen volcánico, la influencia del litoral, la extrema aridez de su clima y la escasa, pero bien adaptada, presencia humana. La evolución y combinación de estos factores a lo largo de la historia nos ofrecen escenas y paisajes únicos donde la flora y la fauna típica de Cabo de Gata son importantes protagonistas.

La importancia de sus fondos marinos, como del resto de los fondos de la Comarca declarados LIC, radica en la presencia de la posidonia oceánica, planta que forma auténticas praderas submarinas y que supone la base alimenticia de un importante número de especies. 

El interior del Parque Natural está formado por un entramado de ramblas y sierras que sirven de refugio a diferentes especies de aves, reptiles y mamíferos como el búho real, la alondra de dupont, el lagarto ocelado, la lagartija colirroja, el zorro o la gineta.

De la vegetación típica del litoral Mediterráneo, aquí podemos encontrar más de mil especies y algunos endemismos distribuidos por las sierras, las zonas esteparias y las playas. Destacan, entre otras, especies como el palmito, el esparto, el taray, la coscoja, la barrilla, el albardín, la retama o la adelfa. Entre los endemismos, citar el dragoncillo del Cabo y el azafrán del Cabo.

Las Salinas de Cabo de Gata destacan por su gran significado cultural y ecológico, siendo el lugar privilegiado para la observación de, entre otras, especies como el flamenco, la avoceta, la cigüeñela, el cormorán moñudo o el vuelvepiedras.

El enorme valor de la biodiversidad del Parque Natural Cabo de Gata le fue reconocida por la U.N.E.S.C.O. en 1997 catalogándolo como Reserva de la Biosfera.

Sierra Cabrera y Sierra de Bédar

Sierra Cabrera es la continuación natural del Parque Natural Cabo de Gata. Se extiende desde el mismo litoral de Mojácar hasta Polopos. La sierra va ganando altura hacia la zona de levante hasta alcanzar una elevación que sobrepasa los 900 metros. La presencia de una mayor precipitación que en el resto de la comarca, la convierte en una zona de gran valor ecológico, destacando por su frondosidad y bellos paisajes el área conocida como los Murtales.

La vegetación dominante es el matorral –coscojales, lentiscos, palmitos, romeros, lavandas, etc. Hacia el norte, encontramos algarrobos, encinas y algunos ejemplares de madroños. En sus acantilados encontramos vegetaciones resistentes a la aridez como la Centaurea seridis o Limonium sinuatum. 

La cara sur destaca por sus acantilados marinos, que albergan especies como el vencejo real, la collalba negra, la gaviota y el águila perdicera. Entre los reptiles se pueden observar especies como el lagarto ocelado y la tortuga mora.

La Sierra de Bédar se localiza en las estribaciones de la Sierra de los Filabres. Pese a la actividad minera, ha conservado importantes zonas en las que domina el pinar –pino halepensis- junto a especies arbustivas como enebros, espinos negros, jarales, retamas, tomillos, coscojas y algunas encinas dispersas.

La conservación de este espacio ha permitido mantener algunas aves rapaces, como el águila perdicera o el águila calzada; mamíferos como el jabalí, el zorro y la comadreja; o reptiles como el lagarto ocelado, la tortura mora y la culebra de escalera.

El Río Aguas y el Río Antas

Las gargantas de los Ríos Aguas y Antas son de nuestros humedales mejor conservados. Destaca la belleza singular de los tramos donde el río se ha ido encajando durante millones de años, hasta llegar al estado actual.

Son cauces de agua que transcurren de forma más o menos permanente. Los lechos están formado por arenas y arcillas y con la afloración de la roca, debido a la erosión, se han ido creando pequeñas pozas naturales de aguas cristalinas. En sus márgenes se desarrolla la típica vegetación de ribera mediterránea formada por tarayes, cañaverales, zarzales, juncales y algunos álamos blancos.

Estos pequeños bosques galería sirven como refugio y lugar de nidificación de aves como mirlos, zorzales, currucas y mosquiteros. En este tipo de hábitats también aparecen algunos reptiles como la culebra de agua, el galápago y la tortuga mora –especie protegida.

El río Aguas desemboca en la playa de la Rumina, formando unas lagunas naturales conocidas como las Lagunas de Mojácar, mientras el Antas lo hace formando las Lagunas de Vera. Sobre estas crece abundante vegetación que sirve de refugio a ciertas especies de galápagos y aves migratorias, como las fochas.